Las amenazas, el miedo y la extorsión son las principales causas de este fenómeno migratorio interno. El estudio, realizado por el Colef con apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), subraya que “todas las personas en situación de desplazamiento forzado interno (DFI) entrevistadas en este estudio dejaron sus lugares de origen debido a la violencia”. Las principales razones citadas fueron recibir amenazas (61.8%), el miedo a la violencia (47.3%) y el “cobro de piso” o extorsión (27%). La mayoría de los desplazados provienen de estados como Michoacán y Guerrero. El análisis también destaca las dimensiones de género de la violencia: mientras los hombres jóvenes enfrentan el riesgo de ser reclutados forzosamente por grupos criminales, las mujeres reportan la violencia familiar, el secuestro y la violencia sexual entre las principales causas de su desplazamiento. Un testimonio recopilado por el Colef ilustra la gravedad de la situación: un maestro relató cómo su escuela fue atacada con drones.
“Vi a tres de mis pequeños niños heridos.
Eso fue bastante para mí (para salir)”, aseguró.
El estudio también encontró que casi una tercera parte de los desplazados se autoidentifica como indígena y que es frecuente encontrar a mujeres a cargo de niños y adolescentes que migran tras la desaparición de los varones adultos. Las organizaciones civiles que gestionan albergues en Tijuana han expresado su preocupación, destacando la necesidad de garantizar la seguridad de los desplazados y de ofrecer atención en salud mental.











