Por su parte, la CMIC ofreció una perspectiva más moderada pero igualmente preocupante, reportando una disminución del 20% en la construcción en Tijuana durante 2025. La cámara atribuye esta contracción a la incertidumbre generada por el posible aumento de aranceles, lo que ha derivado en menos obras y una consecuente pérdida de empleos en el sector. Esta caída contrasta con la dinámica económica de otros sectores como la maquila, pero representa un indicador negativo para el desarrollo de infraestructura y vivienda en una de las ciudades con mayor crecimiento poblacional del país. La crisis en la construcción podría tener efectos dominó en la economía local, afectando no solo a los trabajadores directos sino también a toda la cadena de suministro de materiales y servicios relacionados.