La planta, que había cumplido su vida útil, pasó de potabilizar 200 litros por segundo a más de 500, beneficiando a las colonias ubicadas a lo largo del bulevar Díaz Ordaz hasta la Zona Centro. La inversión total fue de 107.66 millones de pesos, financiada a través de un esquema mixto: 60.2% provino de financiamiento sostenible y el 39.8% de fondos propios de la CESPT, generados por el pago del servicio de los ciudadanos. Jesús García Castro, titular de la paraestatal, explicó la importancia de la rehabilitación: “Durante años la planta operó con baja eficiencia, pero con esta rehabilitación logramos aumentar la capacidad de potabilización. Eso significa más agua y mejor servicio para la gente”. Los trabajos incluyeron la construcción y rehabilitación de tanques, la renovación de tuberías y filtros, y la reposición del cárcamo de bombeo. Con estas mejoras, la planta podrá procesar un mayor volumen de agua proveniente de las presas El Carrizo y Abelardo L. Rodríguez. García Castro añadió que la modernización otorga a la ciudad un margen de seguridad para los próximos 30 o 40 años. “Esta modernización significa nueva capacidad, por ende Tijuana contará con un reforzamiento de infraestructura hídrica y estará mejor preparada para enfrentar las demandas de consumo, contingencias o periodos de baja disponibilidad de agua”, concluyó.