Elena Andrade Ramírez, informó que el crimen fue un acto de venganza planeado por un grupo criminal.
El ataque ocurrió cuando el oficial se encontraba dentro de su vehículo particular estacionado frente a su domicilio.
Sujetos armados ingresaron a la privada y le dispararon en múltiples ocasiones.
La investigación de la FGE, que incluyó el análisis de cámaras de videovigilancia y la ejecución de diversos cateos, permitió identificar y aprehender a los dos presuntos involucrados.
Según la fiscal, el móvil del crimen fue una represalia directa por el trabajo del agente. “El agente había participado previamente en la detención de un individuo relacionado con actividades delictivas.
Como represalia, el hermano de dicho sujeto lo mandó matar”, explicó Andrade Ramírez.
La fiscal destacó que el oficial asesinado contaba con una trayectoria limpia dentro de la corporación y subrayó los riesgos inherentes al trabajo policial en una ciudad como Tijuana. “En cuanto al policía, como hemos dicho, el trabajo de seguridad es un trabajo de riesgo.
Siempre se están llevando a cabo detenciones”, señaló.
Los dos detenidos ya se encuentran bajo proceso judicial mientras la investigación continúa para deslindar todas las responsabilidades.











