El enfrentamiento es significativo por varias razones. Por un lado, presenta a El Hijo del Vikingo, un luchador aclamado por su innovador estilo aéreo, ante una audiencia global masiva de WWE. Por otro, coloca a Dominik Mysterio, una de las figuras "heel" (villano) más destacadas de la programación actual de WWE, en la posición de retador por un campeonato de otra empresa, validando el prestigio del cinturón de AAA. La conexión de Dominik con la lucha libre mexicana a través de su padre, Rey Mysterio, añade una capa narrativa adicional al combate, enfrentando al heredero de una leyenda contra uno de los máximos exponentes actuales de la lucha libre en México. Este duelo no solo es una atracción principal por la calidad atlética de ambos competidores, sino que también simboliza la competencia directa entre los talentos más representativos de cada promoción. La defensa del Megacampeonato en un evento de WWE eleva su estatus y lo posiciona como un premio codiciado a nivel mundial, abriendo la puerta a futuras defensas contra superestrellas internacionales y consolidando la nueva era de colaboración entre ambas potencias del entretenimiento deportivo.