Iguana y Lola Vice.
La participación activa de The Judgment Day en toda la cartelera subrayó su estatus como uno de los grupos más importantes de WWE y sirvió como un vehículo narrativo para conectar diferentes combates del evento.
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La facción de WWE, The Judgment Day, fue una fuerza dominante y omnipresente durante el evento Worlds Collide, influyendo directamente en los resultados de varias luchas clave. La presencia del grupo no se limitó a una sola aparición, sino que se extendió a lo largo de la cartelera, demostrando su importancia estratégica dentro de la colaboración entre WWE y AAA. Su intervención más significativa ocurrió en el evento estelar, donde Finn Bálor y JD McDonagh irrumpieron para atacar al Hijo del Vikingo en su defensa del Megacampeonato de AAA contra Dominik Mysterio. Esta interferencia fue fundamental para desestabilizar al campeón y allanar el camino para la controvertida victoria de su compañero de facción. La presencia del grupo consolidó la narrativa de que The Judgment Day opera como una unidad cohesionada dispuesta a romper las reglas para asegurar el éxito de sus miembros, sin importar la promoción. Además del evento principal, los miembros de la facción tuvieron participaciones individuales destacadas. JD McDonagh compitió en la lucha de cuatro esquinas por el Campeonato Latinoamericano de AAA, un combate de alta intensidad donde, aunque no logró la victoria, demostró su capacidad para enfrentarse a talentos de primer nivel de diferentes empresas. Por su parte, Finn Bálor participó en una lucha de relevos mixtos, haciendo equipo con Roxanne Pérez de NXT en un esfuerzo fallido contra Mr.
Iguana y Lola Vice.
La participación activa de The Judgment Day en toda la cartelera subrayó su estatus como uno de los grupos más importantes de WWE y sirvió como un vehículo narrativo para conectar diferentes combates del evento.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.