Su experiencia, que incluye un enfrentamiento en 2018 contra la leyenda mexicana La Parka AAA en Impact Wrestling, demuestra su versatilidad y preparación para enfrentar a cualquier rival en la élite de la lucha libre.

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La superestrella de la WWE, LA Knight, ha protagonizado un ascenso meteórico que lo ha llevado de participar en comerciales de televisión a convertirse en un contendiente principal por el Campeonato Mundial Pesado. Su trayectoria atípica y su carisma lo han posicionado en una rivalidad de alto perfil contra figuras consolidadas como el campeón Seth Rollins, CM Punk y Jey Uso, consolidándose como uno de los luchadores más populares de la empresa. El camino de LA Knight hacia el estrellato en WWE ha sido poco convencional. Antes de ser reconocido en el cuadrilátero, su rostro era familiar para el público estadounidense a través de su participación en comerciales, reality shows e incluso apariciones en el canal Animal Planet. Esta exposición mediática inicial, combinada con su innegable habilidad con el micrófono, captó la atención de la industria de la lucha libre. Su carrera profesional lo llevó por diversas promociones como TNA y NXT, donde experimentó cambios de personaje bajo la dirección creativa de Vince McMahon. Sin embargo, su explosión definitiva ocurrió bajo la nueva visión de Triple H, quien capitalizó su popularidad y le otorgó un rol protagónico en el roster principal desde 2022. Sus logros en la empresa ya son notables, habiendo ganado el Campeonato del Millón de Dólares, la Batalla Real de SummerSlam en 2023 y el Campeonato de los Estados Unidos en dos ocasiones. Estos títulos lo han establecido como una fuerza creíble, lista para trascender el nivel de "midcard" y disputar los campeonatos mundiales.
Su experiencia, que incluye un enfrentamiento en 2018 contra la leyenda mexicana La Parka AAA en Impact Wrestling, demuestra su versatilidad y preparación para enfrentar a cualquier rival en la élite de la lucha libre.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.