
Stephanie Vaquer hace historia como la primera campeona mundial latinoamericana en WWE
La luchadora chilena Stephanie Vaquer alcanzó un hito sin precedentes en la lucha libre profesional al coronarse como la nueva Campeona Mundial Femenil de WWE. Su victoria en el evento Wrestlepalooza no solo marca el punto más alto de su carrera, sino que la establece como la primera atleta latinoamericana en obtener un campeonato mundial en la historia de la compañía. El ascenso de Stephanie Vaquer, apodada “La Primera”, ha sido meteórico desde su llegada a WWE. Formada durante una década en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) en México, su victoria representa la culminación de un viaje que la llevó desde pequeñas arenas hasta la cima de la industria. El combate por el título vacante contra la experimentada luchadora japonesa Iyo Sky fue catalogado por múltiples fuentes como uno de los mejores de la noche, destacando la calidad técnica y la entrega de ambas competidoras. Vaquer, quien ya había conquistado los campeonatos Norteamericano y Mundial de NXT en 2025, completó una triple corona en menos de un año, un logro extraordinario que subraya la confianza que la empresa ha depositado en ella. El momento más emotivo de la noche llegó tras la victoria, cuando Vaquer, visiblemente conmovida, bajó del ring para abrazar a su padre, quien se encontraba en primera fila, en una imagen que se viralizó y conmovió a los aficionados. Este triunfo no es solo un logro personal, sino un símbolo poderoso para la representación latina en la lucha libre global, abriendo puertas para futuras generaciones de atletas de la región que sueñan con alcanzar la cima en WWE. Su consagración en un evento tan importante como Wrestlepalooza la consolida como una figura clave en la nueva era de la división femenil.



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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


