La dinámica entre las dos parejas, ambas unidas por lazos matrimoniales en la vida real, añadió una capa extra de intensidad a la lucha. La victoria para Punk y Lee llegó después de una contienda reñida, consolidando un regreso triunfal para AJ. Su aparición no solo fue un acto de nostalgia, sino una reivindicación de su legado como una de las luchadoras más influyentes de su generación, demostrando que su conexión con el universo de la WWE sigue intacta.