Su ascenso en el roster principal ha sido meteórico, consolidándose como una fuerza dominante y obteniendo el reconocimiento de la crítica y los aficionados, lo que se refleja en su alta clasificación en el PWI 500, solo por detrás de Cody Rhodes y Jon Moxley. Mientras tanto, Kaiser también busca forjar su propio camino como “El Grande Americano”, demostrando que la disolución del grupo fue un paso necesario para que sus miembros pudieran alcanzar un mayor protagonismo individual en la competitiva escena de la WWE.