Como parte del Paquete Económico 2026, el gobierno federal ha propuesto la imposición de aranceles de hasta un 50% a la importación de diversas mercancías, incluyendo automóviles, de países con los que México no tiene tratados de libre comercio. Aunque la medida se aplicaría a varias naciones, se interpreta como una acción dirigida principalmente a China, en un movimiento que busca equilibrar la balanza comercial y proteger a la industria nacional. La Secretaría de Economía, dirigida por Marcelo Ebrard, ha justificado la medida como una decisión soberana para proteger sectores estratégicos y no como una respuesta a presiones de Estados Unidos. Según Ebrard, el déficit comercial de México con China es de 11 a 1, una tendencia que considera “muy inconveniente” para el país. La presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que el objetivo es proteger a la industria automotriz mexicana.
Sin embargo, la medida se alinea con las advertencias del presidente estadounidense Donald Trump, quien ha amenazado con aranceles del 200% a vehículos chinos fabricados en México que se exporten a Estados Unidos.
La propuesta arancelaria impactaría a 1,400 fracciones, afectando a sectores como autopartes, siderurgia, plástico, vestido y aluminio.
El análisis de la consultora Ansley estima que la medida afectará negativamente a cerca del 8.4% de las importaciones totales de México. Economistas advierten que, aunque el objetivo es fomentar la producción local, la medida podría tener un impacto inflacionario, especialmente en bienes como vestido y calzado, que son consumidos por familias de bajos ingresos.
En resumenEl gobierno mexicano planea imponer aranceles de hasta 50% a importaciones de países sin tratado de libre comercio, afectando principalmente a productos chinos, incluidos los automóviles. La medida busca proteger la industria nacional y equilibrar la balanza comercial, aunque genera preocupaciones sobre un posible impacto inflacionario y su alineación con las políticas proteccionistas de Estados Unidos.