El gobierno federal ha justificado el aumento como una medida de salud pública, argumentando que los fondos recaudados se destinarán a un fondo para atender padecimientos vinculados al tabaquismo. Sin embargo, el Consejo Nacional de la Industria Tabacalera (CONAINTA), que agrupa a las principales empresas del sector como Philip Morris México y British American Tobacco, ha expresado una “profunda preocupación”. Según la industria, esta alza de impuestos podría exponenciar el comercio ilícito hasta en un 50% del mercado, lo que no solo reduciría la recaudación fiscal esperada, sino que también fortalecería a las organizaciones criminales que ya controlan una parte significativa del mercado negro. Se estima que el comercio ilegal de cigarros, que ya representa el 20.4% del mercado nacional, provoca pérdidas fiscales anuales de entre 13,000 y 15,000 millones de pesos, según la CONCAMIN.

La industria tabacalera ha solicitado un diálogo para buscar una reforma fiscal equilibrada que no incentive el contrabando.