La próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026 se perfila como un evento decisivo para la economía nacional, en un contexto de incertidumbre por la política arancelaria del presidente Donald Trump. Líderes empresariales y políticos subrayan la importancia de fortalecer un acuerdo que representa un valor de 2 billones de dólares y del cual depende más del 80% de las exportaciones mexicanas. Los gobiernos de los tres países ya han iniciado sus respectivos procesos de consulta pública. En México, la Secretaría de Economía, encabezada por Marcelo Ebrard, ha convocado a los sectores productivos a participar. La presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, acordaron un “plan de acción” para enfrentar conjuntamente la revisión, buscando que el tratado se mantenga como “la columna vertebral de la fortaleza económica” de Norteamérica.
Sin embargo, persisten preocupaciones significativas.
Kenneth Smith, exjefe negociador del T-MEC, advirtió que México enfrenta la revisión con solo el 50% de su capacidad negociadora, debido a la pérdida de expertos en la materia, y urgió a fortalecer el equipo de la Secretaría de Economía con más presupuesto. Por otro lado, organizaciones como la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp) exigen una consulta nacional vinculante, argumentando que el TLC original provocó el desplazamiento de 8 millones de campesinos y desmanteló el sector agrícola. La Coparmex, por su parte, ha solicitado un diálogo permanente y transparente, enfatizando la necesidad de certeza jurídica para atraer inversiones.
En resumenAnte la revisión del T-MEC en 2026, México y Canadá buscan fortalecer su alianza para defender un acuerdo valorado en 2 billones de dólares. Pese al optimismo oficial, persisten preocupaciones por la política arancelaria de EE. UU. y la capacidad negociadora de México. El sector privado exige un diálogo transparente para proteger un tratado del que depende el 80% de las exportaciones mexicanas.