Según la consultora Ansley, los aranceles impactarían al 8.4% de las importaciones totales de México, afectando a mil 400 fracciones arancelarias en sectores como autopartes, siderurgia, plástico y vestido. Kenneth Smith Ramos, exjefe negociador del T-MEC, calificó la medida como un “escopetazo” cuando se requerían “tiros de precisión”, advirtiendo que podría reducir la competitividad de empresas mexicanas que dependen de insumos de esos países.

El gobierno mexicano, por su parte, ha defendido la propuesta como una “decisión soberana” para fortalecer el mercado interno.