La noticia tuvo un impacto inmediato en los mercados, provocando que las acciones de Intel se dispararan hasta un 26%, su mayor alza diaria desde 1987, mientras que las de Nvidia subieron un 3.5%. La colaboración se centrará en conectar sus respectivas arquitecturas mediante la tecnología NVLink de Nvidia, combinando la fortaleza de esta en IA y computación acelerada con la experiencia de Intel en CPU y su ecosistema x86. Este pacto es visto como un salvavidas para Intel, que ha enfrentado dificultades para adaptarse a la era de la computación móvil y la inteligencia artificial. La inversión de Nvidia se suma a otros apoyos financieros recientes para Intel, incluyendo 2,000 millones de dólares de SoftBank y 5,700 millones del gobierno de Estados Unidos.

Analistas consideran que el principal perjudicado por esta alianza será AMD, competidor directo de ambas compañías. Aunque el acuerdo no contempla de momento que Intel fabrique chips de Nvidia, la colaboración podría garantizar los volúmenes de producción necesarios para que las futuras inversiones en manufactura de Intel sean rentables.