Sin embargo, la decisión no fue unánime. El subgobernador Heath votó por mantener la tasa en 7.75%, argumentando que persisten riesgos al alza para la inflación que no están siendo plenamente considerados. Heath advirtió sobre el impacto que podrían tener el aumento propuesto al IEPS para bebidas y cigarros en 2026 y los nuevos aranceles a importaciones de países sin tratado comercial, como China, factores que podrían complicar la convergencia de la inflación a la meta del 3%. A pesar de estas preocupaciones, el consenso del mercado y la postura mayoritaria de la Junta apuntan a que la política monetaria seguirá una trayectoria de flexibilización gradual.