La reforma contempla un aumento significativo en la cuota para bebidas saborizadas, que casi se duplicará al pasar de 1.64 a 3.08 pesos por litro. Además, se amplía la base gravable para incluir bebidas con edulcorantes no calóricos, como las versiones "light" o "cero", y sueros orales que no cumplan con la fórmula recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para los cigarros y otros productos de tabaco, la tasa se incrementará del 160% al 200%. En el sector del entretenimiento, los juegos con apuestas y sorteos verán su impuesto elevado del 30% al 50%, mientras que se introduce un nuevo gravamen del 8% a los videojuegos con contenido violento o para adultos.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) ha criticado duramente estas medidas, calificándolas de "política fiscal fallida". Cuauhtémoc Rivera, presidente de la ANPEC, advirtió que el aumento de precios engalanará lo que conocemos como la cuesta de enero y podría provocar el cierre de hasta 60 mil tienditas, afectando 120 mil empleos. Según Rivera, estos impuestos son regresivos y no han demostrado cambiar los hábitos de consumo, sino que solo golpean el poder adquisitivo de las familias más vulnerables.








