La industria química y de hidrocarburos enfrenta una severa crisis de liquidez debido a los millonarios adeudos que Petróleos Mexicanos (Pemex) mantiene con sus proveedores, una situación que, según líderes empresariales, frena la inversión y la productividad del sector. Esta deuda se ha convertido en un obstáculo estructural para que la petrolera estatal pueda funcionar como un verdadero motor de desarrollo industrial. Durante el 57º Foro Nacional de la Industria Química, Álvaro Fernández, presidente del consejo de administración de Alfa, denunció que la deuda de Pemex con sus proveedores asciende a entre 20 mil y 25 mil millones de dólares. Fernández cuestionó la lógica de exigir a las empresas mayor producción e inversión si la petrolera no cumple con sus obligaciones de pago.
“¿Cómo nos pueden pedir produce más, crece, invierte, si no nos pagan?
(...) Para el gobierno mexicano no es nada.
Arreglemos el tema de los proveedores, por Dios.
Necesitamos arreglar ese tema ¿Para qué? Para generar confianza”, declaró.
La Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) respaldó esta postura, señalando que la falta de pago oportuno, sumada a la escasez de materias primas como el gas natural, mantiene a la industria operando con una grave subutilización de su capacidad instalada. José Carlos Pons, presidente de la ANIQ, afirmó que es de vital importancia reactivar los complejos petroquímicos de Pemex, pero para ello se debe asegurar que la empresa cuente con los recursos financieros necesarios, comenzando por liquidar sus deudas.
En resumenLa deuda de Pemex con sus proveedores, estimada entre 20 y 25 mil millones de dólares, ha generado una crisis de confianza que paraliza la inversión en el sector energético. Líderes industriales exigen el pago inmediato de estos adeudos como condición indispensable para reactivar la cadena productiva y permitir que Pemex cumpla su rol como motor de la economía.