La deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) con sus proveedores y contratistas alcanzó una cifra récord, incrementándose un 37.1% anual al cierre de septiembre de 2025. Esta situación refleja las crecientes presiones de liquidez que enfrenta la petrolera, afectando a toda su cadena de suministro a pesar de los programas de financiamiento implementados. El pasivo con proveedores se ubicó en 28,130 millones de dólares (equivalente a 517,098 millones de pesos en otros reportes), un aumento significativo frente a los 20,524 millones de dólares registrados en el mismo periodo de 2024. Este problema, que la propia empresa reconoce se ha agravado en los últimos tres años, persiste a pesar de que Pemex afirma haber mantenido un “flujo constante” de pagos, desembolsando 299,768 millones de pesos entre enero y septiembre. Para hacer frente a esta situación, se puso en marcha el Programa de Financiamiento de Inversión 2025, un vehículo financiero con capacidad de hasta 250 mil millones de pesos respaldado por Banobras.
Sin embargo, los resultados aún no logran revertir la tendencia.
El director de Pemex, Víctor Rodríguez, prometió que los pagos se normalizarán en 2026, buscando un “borrón y cuenta nueva”, lo que evidencia la magnitud y el plazo extendido del problema. La acumulación de esta deuda comercial pone en riesgo la operación de cientos de empresas que proveen bienes y servicios a la petrolera, generando un círculo vicioso de falta de liquidez en el sector energético.
En resumenLa deuda de Pemex con sus proveedores creció un 37.1% anual hasta los 28,130 millones de dólares, evidenciando una severa crisis de liquidez. A pesar de los esfuerzos de financiamiento, la petrolera ha pospuesto la normalización de los pagos hasta 2026, lo que genera una fuerte presión sobre su cadena de suministro.