Esta carga económica afecta directamente los márgenes de ganancia y agrava la situación de un sector que ya enfrenta dificultades. El líder del CNA enfatizó que el abandono de tierras es una consecuencia directa de la inseguridad y la presión del crimen organizado. "Hay muchos riesgos, que hay que defenderlos, y hay que cuidar al agricultor mexicano que hoy la está pasando mal, pues se estima que el 10 por ciento ya de las hectáreas del campo han sido abandonadas", agregó. Esteve Recolons fue enfático al señalar que negociar con grupos criminales no es una opción y que la recuperación del campo depende de una estrategia de seguridad a mediano plazo. Aunque reconoció el trabajo conjunto con la Secretaría de Seguridad Pública, admitió que revertir el deterioro de los últimos seis años llevará tiempo.