Según lo comunicado por el organismo, el impuesto se aplicará automáticamente sobre el monto excedente del límite establecido. Por ejemplo, si un cuentahabiente deposita 26,000 pesos en efectivo durante un mes, el excedente de 11,000 pesos estará sujeto a un impuesto de 330 pesos.

Las instituciones bancarias actuarán como retenedoras y están obligadas a reportar al SAT todos los movimientos en efectivo que superen dicho umbral. El SAT aclaró que esta medida no es una sanción, sino un mecanismo de control para asegurar que los recursos provengan de fuentes lícitas y que los ingresos de los contribuyentes coincidan con sus declaraciones. Es importante destacar que las transferencias electrónicas, como las realizadas a través de SPEI o TEF, no serán afectadas por este gravamen, ya que son operaciones completamente rastreables.

La autoridad fiscal podrá requerir información adicional sobre el origen del dinero en casos donde los montos no coincidan con los ingresos declarados, y el incumplimiento podría derivar en multas y auditorías.

Expertos fiscales como Rolando Silva Briceño, del IMCP, han señalado que, aunque los depósitos por sí mismos no generan impuestos, este tipo de notificaciones pueden activar revisiones por parte de la autoridad.