El gasto en maquinaria y equipo se desplomó un 10.5% anual, sumando ocho meses en terreno negativo, mientras que la inversión en construcción retrocedió un 7.0%, acumulando ya 13 meses a la baja.
Dentro de este último sector, el componente no residencial, que incluye oficinas y naves industriales, fue el más afectado con una caída del 18.5%, su retroceso más pronunciado desde agosto de 2020.
En contraste, la inversión residencial mostró un crecimiento del 10.0%, aunque insuficiente para compensar la contracción general. La inversión pública se desplomó un 21.2%, mientras que la privada cayó un 9.0%.
Mensualmente, el indicador también mostró debilidad, con una contracción del 2.70% respecto a julio. Analistas de Grupo Financiero Base atribuyen esta prolongada debilidad a una combinación de factores, incluyendo "el impacto negativo de la incertidumbre por las reformas constitucionales en México aprobadas en la segunda mitad de 2024", la política comercial proteccionista del presidente estadounidense Donald Trump y una reducción en el gasto público en infraestructura. La perspectiva para el cierre del año no es alentadora; el grupo Banamex anticipa que la Inversión Fija Bruta se contraerá un 5.8% en todo el 2025, lo que sugiere que la recuperación del motor productivo de la economía mexicana aún enfrenta obstáculos significativos.













