Esta medida daría continuidad a la política de recuperación salarial, aunque genera debate sobre sus posibles efectos en la inflación y el empleo.
La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó que su administración considerará un aumento para 2026, señalando que sería “similar al de 2025”, cuando el incremento fue del 12%. Esta política se alinea con el objetivo a largo plazo de que el salario mínimo alcance un valor equivalente a 2.5 canastas básicas para el año 2030, una meta que, según estimaciones de Banamex, requeriría aumentos anuales sostenidos de entre el 10% y el 12%. A pesar de que los incrementos recientes han contribuido a reducir la pobreza por ingresos sin efectos adversos significativos, la institución financiera advierte que el margen para continuar con esta política sin generar presiones inflacionarias o desincentivar la creación de empleo es cada vez menor. Banamex señala que, en un contexto de bajo crecimiento económico, “prevalecen los riesgos de que se registren menores niveles de empleo o continuas presiones sobre precios”, especialmente en el sector de servicios, donde la inflación ha mostrado una lenta desaceleración.
Por ello, sugieren complementar la política salarial con otras medidas que impulsen la productividad y el capital humano.












