Sin embargo, el contexto en el que se produce ha generado escepticismo en la opinión pública.

Del Ángel Zúñiga se había desempeñado como encargado de la aduana del puerto de Manzanillo, Colima, un punto estratégico para el comercio y también para operaciones de contrabando. Fue relevado de su cargo en 2023, en un proceso que, según reportes, estuvo relacionado con un acuerdo con altos mandos de la Semar. La situación se torna más sospechosa al recordar que su sucesor en Manzanillo, el contralmirante Rubén Guerrero, fue asesinado en 2024 tras haber denunciado la red de corrupción del 'huachicol fiscal'. La muerte de Del Ángel Zúñiga, por tanto, no se percibe como un hecho aislado, sino como parte de un patrón de decesos de marinos con información sensible sobre la red de contrabando. En redes sociales, la noticia fue recibida con incredulidad, con usuarios calificando la seguidilla de muertes como una "cacería silenciosa" para eliminar testigos clave y proteger a figuras de alto nivel implicadas en el fraude millonario.