Desde entonces, la violencia ha sido incesante.

Las cifras oficiales y de la sociedad civil son alarmantes: más de 2,000 asesinatos, una cifra similar de personas desaparecidas, más de 7,000 vehículos despojados y pérdidas económicas que superan los 25 mil millones de pesos. La violencia ha afectado a toda la sociedad, incluyendo la muerte de más de 50 menores de edad y casi 50 policías. El diputado Sergio Torres Félix, de Movimiento Ciudadano, expresó que "el miedo se ha vuelto costumbre entre la población, sobre todo en Culiacán". La crisis ha paralizado la vida nocturna, cerrado miles de negocios y generado un clima de terror que ha provocado la reacción de la ciudadanía con marchas por la paz y la colocación de "pazmantas" por colectivos como Culiacán Valiente. A pesar de la presencia de fuerzas federales, la violencia no cesa, con ataques incluso a hospitales, demostrando el fracaso de las estrategias de seguridad para contener el conflicto.