Tras el siniestro, su paradero fue desconocido durante horas, ya que su nombre no aparecía en las listas preliminares de heridos. La incertidumbre para su familia comenzó a disiparse de una manera trágica y particular: un rescatista de Protección Civil encontró entre los escombros su mochila con sus credenciales y un teléfono celular parcialmente calcinado que, sorprendentemente, aún recibía llamadas.

Fue así como el rescatista Francisco Bucio pudo contactar al padre de la joven, Raymundo Barragán, para informarle del hallazgo, aunque sin poder precisar a qué hospital había sido trasladada. La familia emprendió un recorrido por múltiples hospitales, enfrentando información errónea y falsas esperanzas, como cuando personal del Hospital General de Zona 53 del IMSS les aseguró que la joven había ingresado, para luego desmentirlo. Finalmente, la búsqueda concluyó en el Hospital General Rubén Leñero, donde se confirmó su fallecimiento tras realizarle pruebas de ADN a un cuerpo no identificado. La noticia fue confirmada por la FES Cuautitlán y por su novio, Bryan Ramos, quien compartió una emotiva despedida en redes sociales: “Prometo buscarte en la otra vida y cumplir nuestra promesa”.