Flor Marian Izaguirre, de 23 años, fue reportada como desaparecida el 2 de septiembre en Uruapan y fue localizada el 7 de septiembre en un hotel de Morelia en estado grave. Fue trasladada al Hospital de la Mujer, donde permaneció en cuidados intensivos.

El fiscal de Michoacán, Carlos Torres Piña, aclaró que su muerte no se debió a un secuestro ni a un homicidio, sino al consumo de medicamentos controlados, y que se encontraron cartas póstumas.

La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó su fallecimiento la noche del viernes 12 de septiembre, tras ser declarada con muerte cerebral. La familia de la joven aceptó el procedimiento de donación de órganos, por lo que el Ministerio Público autorizó la procuración de piel, músculo esquelético, córneas y riñones. Durante la investigación de su desaparición, las autoridades señalaron que existían indicios de violencia intrafamiliar, lo que pudo haber motivado su decisión de alejarse de su hogar. La FGE ordenó medidas de protección para la joven antes de su fallecimiento y reafirmó su compromiso de continuar con las investigaciones respetando los derechos humanos.