El análisis de la tragedia revela múltiples facetas. Por un lado, la investigación oficial, según peritajes de la Fiscalía capitalina, apunta a que el conductor del tractocamión, Fernando Soto Munguía —quien también falleció—, manejaba “sin la suficiente capacidad técnica” y a una velocidad superior a los 40 km/h permitidos, lo que provocó que perdiera el control y chocara en dos ocasiones contra el muro de contención. Sin embargo, un nuevo video de una cámara de vigilancia muestra a la unidad transitando a una velocidad moderada momentos antes del siniestro, lo que introduce dudas sobre la hipótesis del exceso de velocidad como única causa. La tragedia también ha sacado a la luz historias de heroísmo y dolor profundo. El caso de Alicia Matías Teodoro, de 49 años, quien protegió con su cuerpo a su nieta de dos años, Jazlyn Azuleth, ha conmovido a la opinión pública. Alicia falleció a causa de las quemaduras, pero su nieta sobrevivió y fue trasladada a un hospital especializado en Galveston, Texas, donde se reporta en estado crítico pero estable y ya ha sido extubada.

La respuesta médica ha sido notable, con el IMSS-Bienestar aplicando un tratamiento innovador de aloinjerto de epidermis humana a nueve pacientes para acelerar la cicatrización y reducir infecciones. Mientras tanto, las autoridades enfrentan el desafío de identificar a todas las víctimas, habiendo emitido fotoboletines para un hombre y una mujer que permanecen en calidad de desconocidos.