Según testigos, sujetos armados arribaron en vehículos y abrieron fuego sin mediar palabra, sorprendiendo a las víctimas.

Siete de ellas fallecieron en el lugar, mientras que el único sobreviviente fue trasladado a un hospital en estado grave. Este multihomicidio no es un hecho aislado; las autoridades locales y estatales lo han vinculado a una ola de violencia que azota Valle de Santiago desde la madrugada del 16 de septiembre, la cual ha incluido la quema de vehículos y ataques a viviendas que también han dejado víctimas mortales. La comunidad de Las Jícamas se ubica en una zona estratégica, en los límites con el estado de Michoacán, lo que ha llevado a reforzar la coordinación de seguridad entre ambas entidades. Tras la masacre, se ha incrementado el patrullaje de corporaciones de los tres niveles de gobierno, aunque hasta el momento no se han reportado detenciones relacionadas con el crimen.