que prestaba servicios en una tienda H-E-B, falleció el 18 de septiembre tras permanecer tres semanas hospitalizado con graves quemaduras internas. La familia de Gurrola ha denunciado públicamente que él era víctima de acoso laboral constante por parte de sus compañeros, quienes presuntamente colocaron la sustancia tóxica en su botella de electrolitos como una “broma”. Esta versión contrasta con la postura inicial de las autoridades, que sugerían que la botella no fue puesta intencionalmente para que él la bebiera. La muerte de 'Papayita' movilizó a más de 100 personas, entre familiares, amigos y vecinos del ejido La Concha, quienes marcharon hasta la sucursal de H-E-B para exigir justicia, el esclarecimiento de los hechos y la entrega de los videos de seguridad. Con pancartas y consignas como “Papayita no murió, a Papayita lo mataron”, los manifestantes lograron que directivos de la tienda y autoridades locales se comprometieran a una reunión con la Fiscalía de Coahuila. Por su parte, H-E-B emitió un comunicado lamentando el suceso y asegurando su total cooperación con las autoridades, mientras que el gobierno de Coahuila prometió una investigación para deslindar responsabilidades.