Su historial incluye acoso escolar, ideas suicidas y un entorno familiar conflictivo.

La madre del joven alertó al 911 antes del ataque, advirtiendo que su hijo se dirigía armado a la escuela, pero la respuesta no llegó a tiempo. La vinculación de Ashton con comunidades misóginas en línea conocidas como “incels” ha abierto un debate sobre la influencia de estos discursos de odio. La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) calificó el hecho como una “expresión de una deuda estructural: la ausencia de políticas de salud mental para adolescentes en el país”. En respuesta a la presión, la UNAM acordó iniciar una “revisión integral de los protocolos generales en materia de seguridad” y reforzar el apoyo psicosocial. Mientras tanto, estudiantes y padres de familia han realizado marchas silenciosas hacia la Rectoría para exigir justicia y seguridad, y varias facultades, como la de Filosofía y Letras, entraron en paro en solidaridad.

Los restos de Jesús Israel fueron trasladados a Perote, Veracruz, para su sepelio.