UU. confirmó que el ataque fue “indiscriminado” y que las víctimas eran migrantes bajo custodia. La secretaria del DHS, Kristi Noem, calificó el ataque como “vil” y “motivado por el odio hacia el ICE”, ordenando un aumento inmediato de la seguridad en todas las instalaciones de la agencia en el país. El FBI, que lidera la investigación, encontró cartuchos con el mensaje “ANTI-ICE” escrito, lo que refuerza la hipótesis de un ataque dirigido. El senador Ted Cruz condenó el hecho y lo vinculó a la “retórica que sataniza al ICE”.

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó que uno de los heridos es de origen mexicano y se encuentra hospitalizado en estado grave, asegurando que el consulado ya contactó a su familia para ofrecer apoyo y ayuda legal.