Una serie de lluvias intensas ha dejado un saldo devastador de 47 personas fallecidas y 38 desaparecidas en los estados de Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, lo que ha provocado una respuesta a gran escala por parte de los gobiernos federal y estatales. Los artículos informan de manera consistente sobre 47 decesos atribuidos a la Perturbación Tropical 90-E entre el 6 y el 9 de octubre, distribuidos en Veracruz (18), Hidalgo (16), Puebla (12) y Querétaro (1), mientras que San Luis Potosí no reportó fatalidades pero sí daños significativos. El impacto se extiende a 150 municipios, siendo Veracruz el estado más afectado con 70 municipios dañados, más de 29,000 viviendas con afectaciones y 81 localidades incomunicadas. Puebla le sigue con 38 municipios y 16,000 viviendas dañadas.
En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum ha recorrido las zonas de desastre, prometiendo apoyo y anunciando el inicio de un censo casa por casa. Se activaron los planes DN-III-E y Marina, con el despliegue de miles de elementos de las Fuerzas Armadas para labores de rescate, limpieza y distribución de ayuda.
Se han establecido puentes aéreos para llevar suministros a las comunidades que permanecen aisladas.
La magnitud de la catástrofe también ha obligado a la suspensión de clases en numerosos municipios. La reacción pública, como se reportó en Poza Rica, evidencia la frustración y desesperación de los damnificados, quienes han confrontado a la presidenta sobre la velocidad de la ayuda y la búsqueda de personas desaparecidas.
En resumenLas intensas lluvias han provocado una emergencia nacional con 47 fallecidos y daños extensos en cinco estados. El gobierno ha movilizado una respuesta masiva, incluyendo ayuda militar y visitas presidenciales, pero enfrenta la presión ciudadana por una acción más rápida y efectiva en las comunidades devastadas.