En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum ha recorrido las zonas de desastre, prometiendo apoyo y anunciando el inicio de un censo casa por casa. Se activaron los planes DN-III-E y Marina, con el despliegue de miles de elementos de las Fuerzas Armadas para labores de rescate, limpieza y distribución de ayuda.

Se han establecido puentes aéreos para llevar suministros a las comunidades que permanecen aisladas.

La magnitud de la catástrofe también ha obligado a la suspensión de clases en numerosos municipios. La reacción pública, como se reportó en Poza Rica, evidencia la frustración y desesperación de los damnificados, quienes han confrontado a la presidenta sobre la velocidad de la ayuda y la búsqueda de personas desaparecidas.