Su cuerpo fue encontrado con múltiples impactos de bala una semana después de su desaparición. El párroco de Mezcala, de casi 60 años, desapareció el sábado después de oficiar una misa en el poblado vecino de Atzcala. Su paradero fue desconocido hasta el lunes, cuando su cadáver fue localizado dentro de su camioneta a un costado de la carretera hacia Chilpancingo.
El crimen generó conmoción a nivel nacional, y las primeras crónicas periodísticas situaron el hecho en el contexto de la disputa territorial entre los grupos delictivos Los Ardillos y Los Tlacos.
Sin embargo, la investigación de la Fiscalía de Guerrero dio un giro inesperado. El viernes, las autoridades informaron sobre la detención de Miguel Ángel 'N', presentado como presunto “copartícipe” en el asesinato. El Gabinete de Seguridad federal aclaró que el detenido era “amigo” del religioso, no su chofer como se había especulado, lo que contradijo las versiones de vecinos y del obispo de la diócesis, quienes afirmaban que el sacerdote no tenía conductor. La calificación de “copartícipe” sugiere que más personas estuvieron involucradas en el homicidio, complejizando la investigación y abriendo nuevas líneas sobre el móvil del crimen, más allá de la violencia del narcotráfico.












