Personal especializado del Ejército Mexicano tuvo que destruir el explosivo en el mismo sitio, debido al riesgo que implicaba su traslado.

Además, revisiones posteriores permitieron localizar objetos prohibidos como tres teléfonos celulares y cuatro puntas hechizas.

Un informe destacó que una revisión de rutina realizada previamente el mismo día solo había encontrado dichos objetos menores, lo que plantea interrogantes sobre cómo ingresó el arsenal al centro penitenciario. La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa informó que la situación fue controlada y que las investigaciones continúan para esclarecer el origen del conflicto y la procedencia de las armas.