Su asesinato sigue un patrón trágico, ya que su padre, también líder agrícola, fue asesinado de manera similar.

La comunidad agrícola, familiares y amigos despidieron a Bravo con una misa de cuerpo presente en la Catedral de Apatzingán. Pocas horas después del hallazgo, fuerzas federales, incluyendo el Ejército y la Guardia Nacional, detuvieron a Rigoberto López Mendoza, alias “El Pantano”, señalado como presunto autor intelectual del crimen y jefe operativo del cobro de cuotas para Los Blancos de Troya. El Congreso de Michoacán y senadores del PAN han condenado el asesinato, exigiendo una investigación exhaustiva y acciones contundentes para frenar la violencia que asfixia al campo michoacano.