Bernardo Bravo era conocido por encabezar manifestaciones y exigir al gobierno acciones concretas contra el "coyotaje" ligado al narco.

Su muerte ha generado una fuerte reacción, incluyendo la convocatoria a una marcha por parte de su familia para exigir justicia.

En respuesta, las fuerzas federales y estatales han realizado operativos que resultaron en la detención de presuntos operadores financieros y de comunicaciones de los grupos criminales implicados, como Héctor Peña y María de Jesús García García, ligados a los líderes conocidos como "Jandos" y "El Botox". A pesar de estos arrestos, persiste un clima de temor e incertidumbre entre los productores, quienes se ven obligados a elegir entre pagar las extorsiones o arriesgar sus vidas, como trágicamente le sucedió a su líder.