La manifestación, encabezada por su esposa, la magistrada Amelí Gissel Navarro Lepe, partió desde el Jardín Villalongín hasta la Catedral, donde se ofició una misa en su memoria. Durante el recorrido, los participantes portaron fotografías del líder asesinado y pancartas con mensajes como “La paz social es la verdadera justicia” y “Sembrar justicia es cosechar paz”. Navarro Lepe declaró que la muerte de su esposo se ha convertido en “un movimiento social legítimo” y que la marcha buscaba retomar su “mensaje claro y contundente de paz social, sostenible y verdadera”. El sacerdote Gregorio López Gerónimo, conocido como “Padre Goyo”, quien acompañó la marcha, afirmó que el asesinato es una prueba de que el crimen organizado sigue “presente y atacando” en Apatzingán, e instó a las autoridades a no usar métodos fallidos y a la población a manifestar su descontento. Al finalizar el acto, la familia repartió limones a los asistentes como gesto simbólico. Actualmente, las autoridades han informado de la detención de dos personas en relación con el caso, aunque la investigación para encontrar a todos los responsables, incluyendo los autores intelectuales, continúa en curso.