Las víctimas fueron identificadas como Ramón Loreto, de 46 años, quien era el dueño del negocio, y Alejandro, de 53 años. Testigos del suceso alertaron a las autoridades, lo que provocó una rápida movilización de elementos del Ejército Mexicano y otras corporaciones de seguridad. Al llegar, encontraron a las dos víctimas con múltiples heridas de bala.

Paramédicos de la Cruz Roja fueron solicitados para brindar los primeros auxilios, pero al revisar a los hombres, confirmaron que ya no contaban con signos vitales. La zona fue inmediatamente acordonada para preservar la escena del crimen, permitiendo que peritos e investigadores de la Fiscalía General del Estado realizaran el levantamiento de evidencias y los cuerpos. El ataque directo contra el propietario en su propio lugar de trabajo sugiere un posible ajuste de cuentas o un acto relacionado con extorsión, aunque las autoridades no han revelado el móvil del crimen. Este evento se suma a otros hechos violentos ocurridos el mismo día en Culiacán, incluyendo un ataque a una funeraria, pintando un panorama de grave inseguridad en la ciudad.