Mientras sus dos compañeros lograron sobrevivir, Orlando fue arrastrado por la fuerte corriente.

Su desaparición movilizó a su familia, amigos y pescadores locales, quienes emprendieron una búsqueda exhaustiva con el apoyo de buzos. Finalmente, el 31 de octubre, su cuerpo fue encontrado atorado entre las ramas de un árbol en el río, entre los municipios de Papantla y Gutiérrez Zamora, siendo avistado por habitantes de la comunidad Vista Hermosa de Anaya. Su historia se ha convertido en un símbolo del heroísmo ciudadano que surge en momentos de crisis, pero también en un trágico recordatorio de los peligros que enfrentan los voluntarios. La muerte de Orlando se enmarca en un desastre de mayores proporciones, ya que uno de los artículos menciona que las lluvias e inundaciones en cinco estados del país han dejado un saldo de 83 fallecidos y 17 desaparecidos, siendo Veracruz la entidad más afectada.