Su asesinato, ocurrido a pesar de que su familia presuntamente pagó un rescate, subraya la escalada de violencia política que afecta a la región. El cuerpo de Luria, de 78 años y exmilitante del Partido Acción Nacional (PAN), fue localizado el miércoles en un sembradío de maíz a un costado de la carretera que comunica los municipios de Oteapan y Zaragoza. Los reportes policiales indican que el cadáver fue encontrado decapitado o con una herida profunda por arma blanca en el cuello.

El exfuncionario había sido privado de su libertad a inicios de noviembre y, según diversas fuentes, su familia negoció y pagó una suma de dinero para su liberación, la cual no se concretó. Lázaro Francisco Luria se desempeñó como alcalde suplente entre 2012 y 2013, asumiendo el cargo después de que el edil en funciones, Martín Padua Zúñiga, fuera detenido por presuntos nexos con el cártel de Los Zetas.

Tras concluir su mandato, Luria se había retirado de la vida política para dedicarse a negocios familiares.

Su muerte ha sido condenada por figuras políticas como el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, quien calificó el hecho como una consecuencia de un “régimen criminal, cobarde e incompetente” que ha “hundido a México en el infierno de la violencia”. La Fiscalía de Veracruz ya inició una carpeta de investigación para esclarecer el crimen y dar con los responsables.