Los manifestantes, muchos portando el sombrero característico del “Movimiento del Sombrero” fundado por Manzo, exigieron justicia y la renuncia del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.

La indignación se extendió con convocatorias a una protesta nacional para el 15 de noviembre en al menos 35 ciudades. Como medida de control de daños, la presidenta Claudia Sheinbaum condenó el crimen, se reunió con la viuda de Manzo, Grecia Quiroz —quien fue nombrada alcaldesa sustituta de forma inmediata—, y anunció un nuevo “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”. Además, se reforzó la seguridad en la región con la visita del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. El legado de Manzo, conocido por su valentía al enfrentar al crimen sin escoltas, ha avivado el debate sobre la estrategia de seguridad del país y el reclutamiento de menores por parte de grupos delictivos.