El crimen, perpetrado durante un evento público, subraya la escalada de violencia contra funcionarios y la influencia del crimen organizado en la región. El ataque ocurrió el 1 de noviembre de 2025, durante el Festival de Velas en la plaza principal de Uruapan, a pesar de que Manzo contaba con un equipo de 24 escoltas. El autor material fue identificado como Víctor Manuel U. V., un joven de 17 años originario de Paracho, quien fue abatido en el lugar por los escoltas del edil. Las investigaciones de la Fiscalía General de Michoacán, encabezada por Carlos Torres Piña, revelaron que el joven era adicto a la metanfetamina y que el arma utilizada, una pistola calibre 9 milímetros, estaba vinculada a otros dos ataques mortales en Uruapan ocurridos en octubre. La principal línea de investigación apunta a una disputa entre cárteles, incluyendo el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Los Viagras y Pueblos Unidos.

La comunidad indígena de Nurio, de donde era originario el abuelo del agresor, emitió un comunicado para deslindarse del joven y sus actos.

El asesinato desató una movilización sin precedentes en Uruapan, con cerca de 100,000 personas marchando para exigir justicia y paz. En respuesta, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el “Plan Michoacán por la Paz y la Justicia”, que incluye el despliegue de fuerzas federales y programas sociales. Omar García Harfuch, secretario de Seguridad, y Ricardo Trevilla Trejo, titular de la SEDENA, visitarán la región para reforzar la estrategia. La viuda de Manzo, Grecia Quiroz García, quien asumió como alcaldesa sustituta, denunció haber recibido amenazas de muerte antes de tomar el cargo y exigió el fin de la extorsión que sufren los productores de aguacate y otros sectores, una lucha que su esposo había encabezado.