Ambos cuerpos presentaban signos de violencia. Mejía Carrasco y su hijo, Abraham Mejía Ríos, de 18 años, fueron vistos por última vez el 5 de noviembre al salir de su domicilio en la zona rural de Campo El Diez. Días después de su desaparición, el 8 de noviembre, familiares y amigos se manifestaron frente al Palacio de Gobierno de Sinaloa para exigir a las autoridades avances en la investigación y su pronta localización, denunciando lentitud en el proceso. El hallazgo del cuerpo del padre ha devastado a la familia, que ahora centra sus esperanzas en encontrar con vida al joven, mientras exigen que las autoridades esclarezcan el crimen. Culiacán se mantiene como el municipio con más personas desaparecidas en Sinaloa.