Esta conexión sugiere posibles vínculos con el crimen organizado transnacional.
El fiscal general del estado, César Jáuregui, admitió que en Chihuahua faltan espacios gubernamentales para atender a personas con trastornos mentales o adicciones, lo que a menudo deja a centros religiosos como única opción de refugio, aunque no siempre están preparados para manejar situaciones de alta peligrosidad.













