Según los primeros reportes, Orozco Gómez, quien gobernó en tres periodos bajo las siglas de Movimiento Ciudadano, fue emboscado por hombres armados mientras se dirigía a una bodega de su negocio familiar. La Fiscalía General del Estado (FGE) inició de inmediato una carpeta de investigación, asegurando en la escena casquillos calibre 9 mm y dos teléfonos celulares que serán clave para las indagatorias. El fiscal César Jáuregui Moreno afirmó que las primeras líneas de investigación no sugieren una conexión con el crimen organizado, aunque no se descarta ninguna hipótesis. El asesinato generó una ola de reacciones.
La gobernadora María Eugenia Campos emitió un mensaje contundente exigiendo transparencia a los alcaldes en el ejercicio del poder, recordando que ya les había advertido sobre los riesgos en tiempos preelectorales. Por su parte, el político Alfredo "El Caballo" Lozoya y el partido Movimiento Ciudadano lamentaron profundamente el crimen, describiendo a Orozco como "un hombre de trabajo, de palabra, un líder que amaba profundamente a la región noroeste" y exigieron a las autoridades estatales y federales que se haga justicia y se refuercen las medidas de seguridad en todo el estado. Este homicidio reabre el debate sobre la vulnerabilidad de exfuncionarios y la capacidad del Estado para garantizar la seguridad de quienes participan en la vida pública.













