Las víctimas fueron atacadas y asesinadas con disparos en la cabeza cuando se resistieron al asalto.

Sus cuerpos fueron posteriormente arrojados a un pozo de más de 15 metros de profundidad, donde fueron localizados días después tras un intenso operativo de búsqueda.

El caso provocó una fuerte reacción social, incluyendo una manifestación de aproximadamente 500 personas, en su mayoría surfistas, en Ensenada para exigir justicia y mayor seguridad en la región. La condena de Ary Gisell Silva Raya representa un avance en el proceso judicial, aunque el caso contra otros implicados, incluyendo a “El Kekas”, continúa en desarrollo. La sentencia busca enviar un mensaje contra la impunidad en delitos de alto impacto que afectan tanto a la comunidad local como a la imagen del país en el extranjero.