Además, incluyó a heroínas a menudo omitidas como Gertrudis Bocanegra y Manuela Medina “La Capitana”, y dedicó vivas a “las heroínas anónimas”, “las mujeres indígenas” y “nuestras hermanas y hermanos migrantes”.

Este enfoque inclusivo contrasta con las arengas de presidentes anteriores y refleja las prioridades políticas de la nueva administración, proyectando una imagen de un México que reconoce y celebra la contribución femenina a su historia y presente. La ceremonia, seguida por miles en un Zócalo lleno, se convirtió en un poderoso acto de reafirmación de la soberanía y, al mismo tiempo, en la consolidación de un nuevo liderazgo con una marcada perspectiva de género.