La reacción del PRI no se hizo esperar.

Calificaron la acción como un “acto de revanchismo político” y una muestra de autoritarismo. Alejandro Moreno acusó directamente a Adán Augusto de orquestar la maniobra como represalia por sus críticas al gobierno y sus denuncias sobre los nexos de Morena con el crimen organizado.

“No sólo es una revancha política, es mostrar la cara del autoritarismo”, declaró Moreno, quien además calificó a López Hernández de “narcosenador” por su presunta protección a un cártel en Tabasco. La pérdida de esta comisión es un golpe simbólico y práctico para el PRI, que ve reducidos sus espacios de poder en el Senado.