El nexo más polémico es su relación con Adán Augusto López, quien lo nombró titular de seguridad durante su gubernatura. La situación se agrava con la declaración de un testigo protegido de la FGR, quien afirmó que Bermúdez negoció con líderes criminales para asegurar que las elecciones de 2018, en las que ganó López Hernández, transcurrieran “en paz”.

El senador ha negado las acusaciones, calificándolas de “propaganda al servicio del conservadurismo” y ha manifestado su disposición a declarar. La presidenta Sheinbaum ha manejado el tema con cautela, afirmando que “hasta ahora no hay nada que incrimine” al senador, pero que la fiscalía debe investigar. Sin embargo, sus declaraciones han sido contradictorias; afirmó que el expresidente López Obrador pidió la destitución de Bermúdez en diciembre de 2023, pero un video muestra que este renunció en enero de 2024 recibiendo agradecimientos del gobierno estatal. La crisis ha generado fisuras en Morena, donde al menos 13 senadores se han rebelado contra el liderazgo de López Hernández, exigiéndole rendición de cuentas y que las decisiones se tomen por votación.

Por su parte, José Ramiro López Obrador, hermano del expresidente, pidió “esperar” y “escuchar a los que son acusados”.